Cuando toca hablar en público, a veces nuestro amigo el miedo escénico llama a la puerta, o simplemente aparece encima de la mesa. La mejor forma de combatirlo no es evitarlo, sino gestionarlo.
Cuando toca hablar en público, a veces nuestro amigo el miedo escénico llama a la puerta, o simplemente aparece encima de la mesa. La mejor forma de combatirlo no es evitarlo, sino gestionarlo.