Al hablar en público, dependiendo de las circunstancias, siempre cabe la posibilidad de quedarse en blanco, y contrariamente a lo que se pueda pensar, no es cosa de principiantes, ni de expertos, es cosa de humanos. Lo importante en estos casos, al igual que con el miedo escénico, es gestionar la situación, es decir, saber lo que hay que hacer para salir de ella.